sábado, 26 de noviembre de 2016

The Blackjaw, "Men Of Prey".


Existen multitud de variables en del mundo del Rock n´Roll, por lo que encontramos infinidad de matices dentro del Punk Rock. Pero a pesar de ello, de cuando en cuando, surgen bandas cuyas influencias emanan de distintos puntos, creando así una zona común en el cual se unen seguidores de distintos enclaves de éste nuestro adorado Punk Rock. The Blackjaw es una de esos grupos.

Con sus anteriores trabajos de estudio (First, Citizens y Undertow) dejaron patente tener un gusto exquisito para elegir sus influencias musicales y la buena asimilación de éstas para llevarlas a su terreno. Sin embargo, Men Of Prey supone el culmen, hasta nueva orden, de su sonido como banda, donde el Punk Rock sueco se da la mano con sonidos característicos de Post-Hardcore.

Grabado a la antigua usanza, en directo, como si de un disco de Stax se tratara, la cinta consigue no perder un ápice de la potencia, energía e intencionalidad que la banda desprende en sus directos. Al igual que en su anterior disco, Undertow (2014), el responsable de la grabación y producción artística es Juan Blas, que ayuda a encauzar todo el potencial de la banda para redondear, más aún si cabe, el resultado final del disco.

A nivel compositivo, Men Of Prey significa el paso definitivo de la banda para conseguir su propio sonido. Supone un todo indivisible, cuya base rítmica característica del Hardcore se entrelaza de una manera brillante con Riffs y arreglos de guitarra característicos del Rock & Roll , acompañados de desgarradoras melodías a medio caballo entre el Rock y el Hardcore.

Abrir el disco con la intro de Knot es más que una declaración de intenciones. Sencilla, tranquila, elegante y con mala leche. Goddamn Rebel arranca con el carácter más Punrockero de la banda, con un puente que rememora con sus coros a sus adorados A Fire Inside de la primera época.

Dying Slow muestra a la perfección esa intersección de la banda entre las guitarras del Rock con pasajes a medio tiempo pesados del Hardcore, acompañado de un estribillo que recuerda a Misfits de Glen Danzig.

Pilgrims muestra una de las caras más melódicas del disco en sus estrofas, entrelazada con un estribillo que sube con la energía del Punk Rock Hardcore convirtiéndose en un himno. No man is an Island es un tema de singular belleza, tierna y potente, un hit en toda regla, que va de menos a más, llenándose de fuerza según se aproxima su final.

Llegamos a uno de los temas más cañeros y delirantes de Men Of Prey, Deadbeat, suena como si Refused hubieran escuchado a muerte a Chuck Berry y hubieran puesto sus armas a merced del Rock & Roll más primitivo. Por otro lado, dicen que no hay luz sin oscuridad, y la breve pero eficaz The Prey nos muestra la cara más oscura e intensa de The Blackjaw.

In Good Spirits, supone, a nivel compositivo, un claro ejemplo de lo que es la seña de identidad de la banda: el crescendo de la intensidad, la contraposición entre lo bien ejecutado y bello, a la catarsis, para, finalmente, terminar por todo lo alto, con el alarido de destrucción de 35 Patriots.

En resumidas cuentas, The Blackjaw han reafirmado su sonido, propio y original, que brilla con luz propia, y han enjendrado un disco que seguro hará las delicias de fans del Punk Rock  de la escuela de Backyard Babies, como de seguidores de grupos de Post-Hardcore tipo Hot Water Music.

Tania Ce.






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